creativopoesíareflexionesUncategorized

C

El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses se ha visto obligado a resguardar 157 cadáveres en la caja refrigerada de un tráiler, por la falta de infraestructura para el resguardo de cuerpos no identificados.  (Nota El Universal –16/09/2018)

A veces uno se puede ver obligado. Obligado a vivir. Obligado a morir. Algunas veces uno se ve olvidado. Olvidado al nacer, olvidado al desaparecer. Algunas veces. Uno, unos, unos cadáveres, unos 157 cuerpos, unos textos no identificados, cuerpos, uno se puede ver, uno no se ve, uno se obliga a vivir, uno se olvida, se ve, se obliga a no ver y se va olvidando.  Se ha visto obligado a resguardar cadáveres, a refrigerar ciertos productos no identificados en un tráiler. Uno se puede resguardar en la infraestructura pero el aroma a fruto prohibido, digo podrido, digo, cadáver, es cuestión de infraestructura. Es cada vez más grande, más trailer, más se obliga uno a refrigerar cadáveres en el trailer-memoria, porque uno se ha visto en falta. A falta de caja, de cara, de cadáver, uno no identifica, unos, cincuenta, siete, cifras, nada de personas, hasta que uno se puede ver obligado a recontar un número, repetirlo todo y volver a pensar en cajas frías.